El territorio de la investigación se sitúa en el desierto de Atacama, el más árido del mundo, con una escasez de agua tan extrema como la radiación solar directa que recibe día a día. Sobre éste se entremezclan los ecosistemas naturales, las industrias productivas, y los asentamientos humanos, compitiendo en una misma cancha por los recursos energéticos y naturales.
Los ecosistemas naturales se dividen en tres tipos diferenciados según su posición geográfica, en la costa, en el centro y sobre las montañas. Cada uno de ellos altamente adaptado en todas sus escalas a las condiciones que el medio natural les presenta.
Las industrias productivas, especialmente asociadas a la explotación del cobre, han adquirido una capacidad de transformación del medio difícil de igualar o de rebatir dada su importancia político-económica. Montañas artificiales hechas de desechos mineros pueblan el paisaje desértico como una nueva geografía.
Los asentamientos humanos van desde ciudades mineras como Calama hasta una gran concentración de observatorios astronómicos gracias al patrimonio de oscuridad del lugar.