2013 | Central de Transmisiones I
Central de Transmisiones I
Remodelación y reacondicionamiento de una antigua central de transmisiones en la cumbre del cerro San Cristóbal, en el Parque Metropolitano. La transformación considera la ampliación de un segundo piso para albergar equipos de transmisión de la futura señal digital de un nuevo canal de televisión.
Arquitectos:
UMWELT (Scheidegger & García Partarrieu)
+ Juan Manuel Sepúlveda
Ubicación:
Parque Metropolitano, Cerro San Cristóbal, Santiago, Chile
Cliente / Encargo:
Copesa / Parque Metropolitano
Tipo:
Infraestructura, Transformación
Estado:
Construido
Construcción:
Constructora Milano
Ingeniería Estructural:
Osvaldo Peñalosa
Instalación eléctrica:
Efraín García
Proyecto:
190 m²
Año del proyecto:
2013
Año de construcción:
2014
Fotografías:
Felipe Fontecilla
Ubicada en la base de las antenas, en la cumbre del cerro San Cristóbal, la central de transmisiones posee la doble condición de ser una pieza destinada en su totalidad como infraestructura de telecomunicaciones y la de estar ubicada en el parque público más grande de Santiago.
El parque metropolitano, un brazo de la cordillera que se inserta hacia el interior de la ciudad es el punto más alto y central de Santiago. Esta condición lo transforma en el lugar estratégico por excelencia para la instalación de una serie de infraestructuras de telecomunicaciones y que se traduce en 11 antenas a lo largo del perfil de las cumbres junto con una serie de arquitecturas complementarias de menor escala encargadas de albergar las maquinas que procesan las distintas señales. La coexistencia de este tipo de infraestructura con la condición pública y geográfica del cerro, ha llevado con el tiempo, a que las autoridades del parque busquen en los nuevos proyectos una relación, antes descuidada, entre imagen arquitectónica y funcionalidad técnica.
El presupuesto del proyecto fue casi enteramente destinado al equipamiento técnico y la estructura soportante, en una relación de resistencia de 1,5 toneladas por metro cuadrado.
Tomando en cuenta la robusta estructura soportante se planteo un sistema de fachada en base a elementos prefabricados de hormigón, existentes en el mercado, de bajo presupuesto y que usualmente se usan para el suelo de estacionamiento en jardines. Un detalle muy simple permitió poner los bloques de manera vertical envolviendo la totalidad del edificio creando un único y potente volumen capaz de integrarse a la escala del cerro.
La piel de bloques de hormigón crea un volumen unitario que absorbe la arquitectura anterior y la nueva, a la vez que permite dar la seguridad necesaria, ventilar los generadores y equipos de clima y cerrar espacios herméticos para maquinaria digital frágil. La ambigua escala que le otorgan los bloques al conjunto se ve solamente interrumpida por una serie de puertas de gran tamaño usadas para subir y bajar los equipos cuando sea necesario.
En la cumbre del cerro, una casa para máquinas.