Por su ubicación, escala y ambición, un edificio de estas características, supone inevitablemente tanto una operación arquitectónica como urbana.
El sitio (y su entorno inmediato) se encuentra literalmente en la punta de Punta Arenas, donde sus principales cualidades son la vista hacia el Estrecho de Magallanes y su relación de continuidad con la costanera pública. El resto, no es más que una tabula rasa esperando a los primeros colonizadores.
Por lo mismo, el centro debe funcionar como bisagra entre las escalas y programas de la ciudad, la zona industrial, la vastedad del paisaje marítimo y el continente antártico. En este contexto, ¿Cómo materializar un nuevo símbolo capaz de aglomerar a todos los ámbitos y actores que convergen en el proyecto (Punta Arenas – Antártica – INACH – Complejo Científico Internacional – Museo Público)? Y sobre todo, ¿Cómo hacerlo sin caer en metáforas simplistas y reductivas?
Para lograrlo el edificio adquiere una forma fuerte pero imprecisa y abierta a la interpretación. Un ensamblaje entre infraestructura industrial, estancia magallánica, jardín de invierno y base antártica.
Formal y programáticamente este se compone del cruce de una serie de cajas/torres que atraviesan y sostienen una gran placa elevada a 5 metros del suelo. Cada una de las cajas/torres acoge un tipo de programa específico: oficinas administrativas, salas de exposición, auditorio y bosque antártico. Esta organización general mediante un ensamblaje de partes permite distintas maneras de relacionarse entre ellas a la vez que mantienen su independencia en términos programáticos e incluso constructivos.
En la placa suspendida se sitúan los laboratorios, organizados por secciones dentro del total. Gran parte de ellos tienen una vista ininterrumpida sobre el estrecho de Magallanes. El interior, según las necesidades de cada laboratorio, tiene distintas alturas, iluminación natural y patios.
Las cajas/torres se ubican de la siguiente manera en sentido norte-sur. Al norte se ubican los recintos con mayor requerimiento lumínico: las oficinas y el bosque antártico, conectados directamente con el bosque exterior y los estacionamientos Luego, en el centro las salas del museo y finalmente al sur, el área de difusión, con el auditorio en una conexión directa con aquellos que llegan desde la ciudad.