Los equipamiento de parques nacionales y sobre todo las de los parques cordilleranos suelen ser mínimos (muchas veces insuficientes) sin embargo, siempre deben responden de manera particular a dos factores principales:
Primero, el resguardo de los visitantes frente a las condiciones climáticas para un optimo aprovechamiento del entorno por medio de techos, cortavientos, refugios, zonas de camping y miradores. Y segundo, al cuidado y control del parque a través de accesos, casetas y refugios del personal, torres de vigilancia de incendios y otros.
A su vez, estos equipamientos responden a distintos tipos de usuarios y temporalidades. Desde visitantes aficionados por el día, paseos educativos para niños, camping recreativo, hasta actividades especificas, como trekking, montañismo de media y alta montaña, escalada, avistamiento de aves o incluso misiones científicas. Desde caminatas por el día hasta ascensos y travesías de semanas, el rango de usos y de tiempos es amplio y variado.
La primeras decisión del proyecto tiene que ver con su ubicación. Al emplazarse en una hipotética cota a 1,200 msnm el proyecto plantea la posibilidad de operar como una infraestructura capaz de responder a esta diversidad de demandas posicionándose de manera intermedia entre las actividades recreativas y las especificas de mayor altura.
Por lo general, las arquitecturas que responden a estas demandas se ubican de manera dispersa territorialmente. La posición estratégica del proyecto plantea la posibilidad de generar un punto de intensidad programática a la vez de minimizar los impactos en el territorio condensando en un único objeto tres de los equipamientos tradicionalmente usados: área de uso común protegida del clima, refugio, y torre mirador.
Los distintos programas se superponen en una estructura vertical de madera realiza en base a un sistema constructivo de marcos simples y una serie de elementos de cerramiento independientes organizado por estratos.